domingo, 10 de enero de 2016

Y llegaste. Mi parto

Bichito, te voy a contar un cuento.... el cuento de cómo naciste:

A las 8 de la mañana del 8 de Diciembre, estando de 37+5 semanas,  me desperté con una contracción dolorosa, pero nada diferente a las que llevaba teniendo desde hacia 2 semanas. Fui al baño y noté que perdía algo de líquido, o eso me parecía; lo comprobé poniéndome unas braguitas grises...efectivamente, perdía líquido, ya venías!!!
Llamé a mi matrona quien, tras confirmar que las aguas eran claras y que no tenía contracciones seguidas, nos citó dos horas mas tarde en la clínica. Me recomendó moverme a ver " si la cosa se animaba" así que me puse a limpiar la casa. Papá se puso muy nervioso; le mandé a limpiar los baños jejeej, cada 2 minutos salía a ver como estaba yo. Tenía alguna contracción suelta, muy soportable, que iba manejando sentándome en la pelota de pilates. 
A las 10 y media ya estábamos en la clínica y la cosa empezó a animarse de golpe, de repente empecé a perder más liquido y las contracciones eran cada 5 minutos. Me exploraron y confirmaron que estaba de parto, 2 cm de dilatación y el cuello borrado. Nos ingresaban!!
Nos subieron a planta y me pusieron monitores, viendo que todo iba rápido nos bajaron a paritorio. Ahí me separaron de papá, porque me iban a poner la epidural y él tenía que vestirse " de quirófano". El anestesista fue muy amable, preguntándome en qué trabajaba y dándome conversación y ánimos, para que estuviera relajada. Enseguida me hizo efecto y las contracciones eran mucho más soportables; papá entró en la sala, ya había avisado a los abuelos. Todos estábamos muy emocionados. 
Al ratito me volvieron a explorar, estaba ya de 5 centímetros. Íbamos muy rápidos!!!
Una hora después comencé a notar presión y llamamos a la matrona, que confirmó que  ya estaba casi completa, avisó al ginecólogo y al anestesista: A papá no le había dado tiempo a ir al coche a por la cámara, qué desastre!! pero estuvo haciendo alguna foto con el móvil ¡¡bendito móvil!!
Me pasaron a la silla de partos y comenzamos a empujar, llegó Javier, el ginecólogo que iba a atendernos, ya que el nuestro estaba de puente ( es lo que tiene adelantarse 2 semanas, que pillas a todo el mundo a contrapie); muy amable y alegre, haciendo a papá partícipe de todo. Vió como asomaba tu cabecita, hizo que yo te notara con mi mano para que supiera que ya venias...pero algo no iba bien...asomabas y volvías a esconderte. En ese momento tus pulsaciones empezaron a bajar; papá se puso a mi lado animándome para que hiciera más fuerza en los pujos. Javier se puso serio " o lo sacas tú o lo saco yo, pero tenemos que sacar al peque ya"; yo no podía hacer más así que tuvieron que usar forceps y en 2 minutos estabas ya conmigo, Calentito, sin llorar, temblando. Te pusieron en mi pecho y yo no podía dejar de llorar. Mi niño, por fin, mi niño estaba conmigo!!!! Papá en ese momento se puso de rodillas a mi lado, la tensión contenida hizo mella también en él. 
Javier nos explicó qué había pasado, en algún momento en torno a la semana 25 decidiste hacer una acrobacia, y habías hecho un nudo en el cordón, un nudo real y cuando yo empujaba y tu bajabas, se estrechaba el nudo y te bajaban las pulsaciones además de tirarte hacia arriba y por eso no salías. 
Yo quería un parto lo más natural posible y gracias a los magníficos profesionales que me atendieron y que actuaron cuando hizo falta ( nunca antes, siempre me dejaron actuar según me pedía el cuerpo) te tenemos con nosotros; un niño perfecto y sano que pesó 3.170 kg y midió 48.5 cm. 
Hoy  ha pasado ya un mes, ha sido rapídisimo. Eres un niño buenísimo, que sólo llora cuando tiene hambre o le duelen las tripitas ( ay esas tripitas que guerra nos dan a veces!). te dejamos medio dormido en la cuna o en el carro y te terminas de dormir solito. Hemos conseguido la lactancia materna, al principio no fue fácil, pero gracias al apoyo de las mamis del curso de lactancia y de Laura, una de las enfermeras del nido, lo hemos conseguido. Insisto en la importancia de las clases de lactancia, si no fuera por ellas, creo que estaríamos con biberón. Porque nos ayudaron a saber qué pasaba y qué podíamos hacer cuando no te enganchabas y nos prestaron un sacaleches para suplementarte después de cada toma, porque te pusiste un poco amarillo. 
A día de hoy comes como un campeón y ya pesas casi 4 kilos y nos derrites con tus sonrisas. 
Bienvenido mi vida!

No hay comentarios:

Publicar un comentario